lunes, 18 de septiembre de 2017

Perros que no dejan de amar.

Hachico, es un perro japonés muy venerado por su fidelidad con su amo. Todos los días, Hachico y Eisaburo Ueno, profesor de universidad, marchaban juntos hasta la estación y ahí se despedían. Después Hachico, esperaba la vuelta de su querido amo del trabajo hasta que un día el profesor murió. Hachico esperó durante años la llegada del profesor en la estación. Tanto es así que tiene su propia estatua.

No hay que viajar a Japón para conocer la maravillosa historia de perros que aman a sus compañeros humanos hasta la muerte de ambos. En Archidona hay una estatua de un perro también. Lobi, el pequeño perro andaluz, estuvo visitando la tumba de su amo durante meses hasta que fue atropellado por un coche .

Mi abuela me contaba que una mujer de su pueblo quería deshacerse de una perra y la subió a una estación del tren. Para su sorpresa, años después, la perra apareció con sus cachorros. Había viajado kilómetros hasta poder volver a casa. Tras tamaña hazaña fue acogida a la familia de nuevo.

Los perros aman a las personas y no siempre son correspondidos. Hace un par de años encontré un perro en la puerta de un supermercado esperando a su dueño. Su dueño lo había abandonado en un descampado unos días atrás. El perro volvió y se paró en la puerta del supermercado convencido de que en algún momento, su dueño volvería por ahí y le recogería para llegar a casa a seguir estando juntos. Era la rutina que habían seguido juntos durante no se sabe cuánto tiempo. Estaba herido, hambriento
y sediento pero nada le hacía moverse de allí hasta que apareciera quien alguna vez dijo quererle.

Cuatro historias de cuatro perros que existieron, que fueron fieles y que amaron hasta el final.


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lunes, 26 de junio de 2017

Los griegos están de moda





Todo lo que se debe saber está en
el pasado de los griegos y sus viejas leyendas. Cuentan las historias de
nuestras constelaciones estelares, las historias de las plantas y flores y los
conocimientos y saberes para afrontar nuestra realidad. 


martes, 23 de mayo de 2017

Sincronicidades fatídicas

Hablando de este asunto tan curioso, hace unos días, un hombre me contó la historia de dos hermanos que eran vecinos de él. Ambos hermanos habían nacido el mismo día pero con una diferencia de un año. Cuando el hermano mayor cumplió 18 años fue atropellado por un sitio en la acera de su puerta y murió. Fue el mismo día de su cumpleaños.

El otro hermano estaba consternado y triste. Aún no había superado el duelo y el día de su cumpleaños, que también era el día del cumpleaños de su hermano muerto así como el aniversario de su atropello, el hermano cruzó casualmente la misma acera y fue atropellado por el mismo taxista y murió también.

Esta extraña historia, que parece el argumento de una película de ficción es real y ha ocurrido. ¿Quizá sea la muestra de que las casualidades no existen?

miércoles, 18 de enero de 2017

Cristopher Reeve, el verdadero Supermán

Cuando era pequeña, la película de Superman, me fascinó. ¡Me encantó el personaje! Un humilde héroe que se oculta bajo la figura de un educado periodista, amable y respetuoso, capaz de guardar su gran secreto frente a cualquier provocación mundana. Sobre todo, el hecho de que pudiera volar era para mí algo sorprendente. Cristopher Reeve, el actor que encarnaba el personaje, era perfecto a mi juicio. Consideraba, siendo una niña romántica como era, que tenía la belleza perfecta para encarnarlo y que le aportaba una dulzura especial (dulzura que, por otro lado, le debía al actor de doblaje y su voz suave).

Como a todo niño que tiene un ídolo y que recibe una mala noticia, fue para mí un duro golpe, saber que el actor había sufrido un accidente que le había dejado tetraplégico.  Mi imagen de Reeve era la de un actor que había encarnado un gran personaje y que había sufrido un revés tremendo en su vida. Después supe que nunca se rindió e intentó caminar hasta el último día de su vida y sólo por eso, yo siempre lo vi como el gran superhéroe que interpretó.

Sin embargo, hace unos meses, un revés melancólico me llevó a leer la verdadera vida de Reeve y me fascinó todavía más la persona confirmándose con más fuerza que la  superó al personaje. Cristopher y su gran esposa, Dana, dedicaron toda su vida a ayudar a personas parapléjicas. Lo curioso de este asunto es que trabajaban por estas personas antes del accidente de Reeve. Pasaron mucho tiempo recaudando fondos para investigaciones que pudieran llevar a estos enfermos a la ilusión de caminar.

Era un gran deportista y le gustaba la equitación. Cuando Reeve quedó paralizado por la caída, tuvo ese momento terrible que tienen las personas que pierden la movilidad y quiso suicidarse. Pero su esposa Dana le dijo que decidiera lo que decidiera estaría con el para siempre. "Sigues siendo tú". Reeves comenta en su libro "Sigo siendo yo" que esas palabras fueron las que le salvaron la vida. Gracias a esas palabras, Reeve y Dana siguieron dejando una hermosa huella en este planeta hasta los últimos días de mi superhéroe favorito.

Gracias por tu ejemplo allá donde estés.

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miércoles, 30 de noviembre de 2016

¿Quiso Dios hundir el Titanic?

Pese a que el arquitecto del transatlántico vivió los últimos terribles minutos de su vida con la culpa de que no había construido un barco lo suficientemente fuerte para resistir una embestida de un iceberg, el caso es que Titanic es la prueba inequívoca de que la ley de Murphy es real porque todo lo que tenía que salir mal, salió mal. Los tornillos de hierro para reducir costes, el supuesto uso de los restos de otro barco para reconstruir el Titanic, el hecho de que el capitán desoyera los avisos de icebers por la zona (e incluso se dice que el mensaje no le llegó por alguna misteriosa razón), su interés por llegar antes de lo previsto, el cambio de señal de socorro, el hecho de que el día anterior se rompiera el telégrafo y esto llevara como consecuencia una acumulación de mensajes de la tripulación provocando una mala respuesta de uno de los telegrafistas al barco más cercano, cuyo telegrafista apagó el telégrafo diez minutos antes del choque del Titanic con el iceberg...

Habitualmente no hay tantos Icebergs en la zona en la que navegaban pero aquella noche había un hecho astrológico inusual y es que el Sol, la Tierra y la Luna estaban perfectamente alineados en su tramo más corto, un hecho que sólo ocurre cada más de 1400 años y que provocó una marea muy elevada, lo que desplazó los icebergs hacia lugares donde no solían estar. 

Un estudio reciente explica también por qué los vigías tardaron en ver al iceberg de la tragedia. Por un lado, los famosos prismáticos que estaban en un armario cerrado con llave impidió la vista pero por si eso no fuera suficiente, ocurrió otro fenómeno sorprendente y es que en esa zona sucedió un fenómeno peculiar que sucede en zonas de mucho frío. El aire frío queda atrapado debajo de una capa de aire caliente generando una bruma que dificulta la visión pero aquí no acaba el fenómeno. Esta capa de frío crea un espejismo visual que hace que el horizonte esté levantado más allá de lo que realmente lo está. La única forma de identificar un iceberg en una noche estrellada sin luna es por el recorte que hace la imagen sobre el cielo estrellado pero este efecto impidió ese recorte. Esto provocó que los vigías vieran el iceberg a un cuarto de milla, un tramo insuficiente para que el barco pudiera frenar o virar. 

Así que pocos botes, un empresario tacaño, un telegrafista enfadado, una señal de socorro nueva, un empleado ordenado que todo lo guarda bajo llave y la alineación de la Luna cometieron el fatal desenlace. Son tantas las causas que es inevitable pensar que había un deseo divino por hundir el barco. 

Todo el mundo piensa que el Titanic fue castigado por Dios por el atrevimiento de decir que era insumergible. Pero empiezo a pensar que esas circunstancias que parecen casi divinas para confabularse contra un barco no son un castigo. El hundimiento del Titanic significó un cambio importante de las medidas de seguridad en navegación, asentó el S.O.S como señal de auxilio, ayudó a fabricar barcos más seguros y no existe un pasajero que no cuente los botes salvavidas de un trasatlántico antes de comprar el billete. En todos los sentidos, la confabulación del Universo para hundir el Titanic, ha tenido como consecuencia, la salvación de potenciales almas posteriores. Si Dios intervino, no creo que fuera como castigo.  Apuesto a que el Titanic no podrá ser nunca rescatado de su sepultura acuosa. Su destino era el de hundirse.